Hacía 42 años que Asfalto no tocaba en la capital mundial de ajo, Las Pedroñeras, localidad de la provincia de Cuenca, situada a unos 180 kms al suroeste de la capital de España. Se había creado mucha expectación y después del concierto, nadie se vio defraudado.

Se trataba de un concierto especial por cuanto, la fecha del 23 de agosto coincidía con el 50º aniversario (24.8.69) de la primera vez que a Julio Castejón le pagaron por tocar. El propio interesado siempre señala esta fecha como el arranque de su carrera profesional. La celebración arrancó el aplauso de sus compañeros, de la propia organización del concierto y de la concurrencia. 50 años de permanencia en esta y en cualquier otra profesión no es un hito fácil de conseguir.

A los bises Julio sopló las velas de una tarta, como merece cualquier aniversario que se preste a ser tenido en cuenta.

El concierto, que por primera vez acusaba la ausencia de Paul, al encontrarse este lo más cerca del Polo Norte que nunca estuviera, se vio compensada por una serie de invitados que para la ocasión se subieron al escenario: Enrique Castejón, sustituyó más que dignamente a su hermano; Lorenzo Azcona, el amigo saxofonista que a lo largo de la historia de la banda ha sido requerido por esta en varias ocasión; Angel Belinchon, la voz de Dry River, natural precisamente de Las Pedroñeras, y cómo no, tal y como ya ha sucedido en otras ocasiones, el manager de Asfalto, Johan Cheka, tampoco quiso dejar de participar de un evento como éste. Suyas fueron las muy dignas versiones de «La Paz es Verde» y «Desaparecido». En definitiva toda una fiesta.

Al día siguiente, una preciosa comida auspiciada por un empresario de la zona en connivencia con la organización del festival «Ajo Rock» fue el colofón, Lástima que Pablo Ruiz, bajista de Asfalto, recibiera la noticia que anticipaba lo que sucedió horas después, el fallecimiento de José Luis Ruiz, su padre. DEP.