La tierra murciana tiene eso, que, además de una huerta espléndida, entre sus gentes, de siempre, se dio la mejor acogida al rock. No es ninguna casualidad que el que fuera, ya no, toda una referencia como cita anual del mejor festival del género a nivel nacional, surgiera en la localidad murciana de Mazarrón a comienzos de los años 80. 

Es por eso que, siempre que la banda viaja a la comunidad murciana, lo hace con la sensación de tocar en terreno propicio. Y es que viene de antiguo la presencia de Asfalto en tantas localidades: Murcia, Cartagena, Lorca, Cieza, Abarán, Torres de Cotillas, Blanca, Mazarrón, Molina de Segura… por citar solo unas pocas de una larga lista. 

Foto: Alberto Martínez

La sala Garaje Beat, es un recinto no muy grande que acoge unas 500 personas, como mucho, pero es innegable que, en los últimos años, se ha convertido en todo un espacio referencia para la música en vivo en la ciudad de Murcia. De continuo programa conciertos de toda índole, con especial atención en acoger bandas nacionales. Se agradece que existan sitios así.

Tocar en una sala llena siempre resulta estimulante; sobre todo para aquellos que soportan el costo de la presencia de una banda como Asfalto sobre un escenario. Hacerlo para un público entusiasmado, es como que viene de suyo: los “asfalteros” son así. El concierto del pasado sábado, terminó siendo toda una fiesta para los asistentes que, a través de los oídos, estimulados por el momento y las imágenes de gente feliz en su entorno, también sobre el escenario, consiguieron activar esos sentidos que mueven las emociones. 

Nacho de Lucas. Foto: Alberto Martínez

Y es que es tanta es la vinculación que los seguidores de la banda tienen con su música, que, es probable que muy pocos observaran que, sobre el escenario, no estaban dos habituales: Arturo García (batería) y Pablo Ruiz (bajo), ausentes por la asunción de compromisos profesionales de mayor cuantía. En su lugar, el gran Carlos Expósito a la batería, sustituto de Arturo en otras ocasiones y Josele Mejía al bajo, que también ha sustituido a Pablo. Las dieron todas, que se dice entre músicos cuando se trata de hacerlo bien. Hablamos de dos instrumentistas del primer nivel que se toman con mucho empeño la labor de reemplazar a una de las mejores bases rítmicas que ha tenido la banda a lo largo de toda su historia. 

En definitiva, un concierto perfecto, una noche para recordar y para repetirla. Ahora toca Valencia con los geniales Dry River, Art-Rock al más alto nivel. Esperemos que sean pocos los que se lo pierdan.   

Paul Castejón. Foto: Alberto Martínez